Como todos los fines de mes, Heriberto estaba haciendo la eterna fila bancaria para reclamar el paguito que, pese a que no se lo aumentaban desde que comenzó a trabajar de obrero, lo ayudaría a subsistir unos cuantos días más en esta gran ciudad.
-¡¡¡Heriberto!!!- Una voz familiar lo llamaba desde la salita de espera.
Era nada más que Julio Romero, un viejo compañero de clases del instituto en el que había estudiado y que, a diferencia de él, sí había continuado sus estudios superiores, en administración si su mente no fallaba.
Ahora la vergüenza se apoderaba de él, verlo así con esa camisa limpia, con esos zapatos relucientes, con esa chaqueta fina, lo reducían al papel de un pobre diablo. Cada paso de Julio hacia él era una punzada en su corazón, recordaba cuando se destacaba en la clase de matemáticas y en la de historia; que un día le pagó para que le hiciera un par de maquetas y que le metió 3 goles en un partido de fútbol que jugaron en la clase de deportes.
Otro paso más, Heriberto rezaba en silencio para que no le preguntara nada acerca de su vida, aunque ya sabía de antemano que la posibilidad de salvarse de ésta era casi nula. Sus manos comenzaron a sudar, su cara fingió una expresión de sorpresa.
-Hola Julito, ¡como has crecido!- exclamó Heriberto, como si el encuentro hubiera sido muy esperado.
-¡Hola Heri!, ¡tiempo sin verte!, ¿Cómo has estado? -Le dijo Julio mientras estrechaban las manos, sin duda él notó la humedad en su cuerpo.
-Más o menos- Respondió "Heri" incapaz de mentir.
-¿Y eso? ¿Qué hay de tu vida?- Preguntó Julio
"Heri" maldijo al cielo en el acto, las palabras que tanto había tratado de evitar estaban siendo moduladas frente a sus narices.
-Pues normal, me casé hace siete años con Madeleine... ya tenemos tres niños -Respondió Heriberto con la boca seca.
-¿Madeleine la del colegio? ¡Ja!, ¡Eso sí era de esperarse! -Dijo Julio con tonito cínico. A propósito, ¿en qué trabajas?
-De obrero -Respondió en voz baja Heri, sintiendo que el mundo se le venía encima.
¿Y vos en qué?, ¡No y todavía pregunto, que tonto he sido!
-En el grupo empresarial "HewSky"... -Respondió Julio tímidamente, como si sintiera lástima él.
-Uhhh -Un suspiro se le salió a Heri, no tenía la menor idea a qué se refería, pero para no demostrar su ignorancia lo felicitó con una palmadita en el hombro.
-¿Y qué vuelta estás haciendo? -Preguntó de nuevo la inquieta boca de Julio.
-Reclamando el paguito -Respondió agachando la cabeza, no quería hacerlo, pero no pudo evitarlo. Una lágrima estuvo a punto de correr por su mejilla.
-Mmm veo -Respondió Julio. Yo estoy aquí por cuestión de negocios, no es trabajo fácil. Ah mira, ya te van a atender.
En la cabina cinco, una señora gorda de uniforme rojo lo esperaba, y después de aproximadamente cuarenta y cinco minutos de tortura le otorgó el tan anhelado chequecito.
-¡Hasta luego Julio, un gusto verte! -Mintió Heri abriendo las pesadas puertas de cristal blindado. Una vez fuera del recinto caminó afanadamente hasta el mini-mercado mientras sentía cómo el cruel sol de mediodía le arrebataba de un sólo golpe el confort del aire acondicionado.
-¿"HewSky"?- ¡Jajaja pobre diablo!, espero volver a verte... Después de haber salvado su reputación, asesinado al guardia y robado todo el dinero posible, Julio tomó una motocicleta y se echó a la fuga.
Cuento. Autor: Carlos Andrés Herrera. Colombia.
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Saludos de nuevo Ediciones YO... cuanto tiempo, pero...
ResponderEliminar¿No tenían otra foto peor mía? Borren esa por favor !!
(O pídanme otra que ya crecí jajaja que pena)
Pasó que al igual que ustedes mi dominio de cuentos se mudó a blogspot, ahora es:
http://carlosandresherrera.blogspot.com/
HOLA CARLOS, TE RESPONDE MARCO GENTILE, Y NO; NO TENEMOS OTRA FOTO TUYA, PERO PUEDES ENVIARNOS UNA Y OTROS TEXTOS AL CORREO: edicionesyo@yahoo.com
ResponderEliminarSaludos, a petición borren mi cuento. Es por derechos de autor. Gracias.
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