Cuentista, narrador, ensayista, traductor, editor independiente, crítico literario, profesor y poeta. Su obra ha sido traducida a varios idiomas y recogida en antologías latinoamericanas y europeas. Actualmente, uno de los cuentistas más leidos en el país, compartimos esta entrevista para seguir ampliando, e incluso debatiendo, en torno al cuento.
1. Cortázar afirma que el cuento contemporáneo se propone como una máquina infalible destinada a cumplir su misión narrativa con la máxima economía de medios. ¿sigue vigente esa aseveración?
R.- Sí claro, sigue vigente esa aseveración del gran cronopio. Aunque no estoy seguro que el cuento sea una “máquina infalible” y tampoco que tenga una misión. ¿Lo enunció así Cortázar? No se, es raro. En todo caso el cuento es el formato narrativo que se debe más a la precisión, a expresar de manera contundente, sin ambages, sin retórica, sin afeites, la condición interior y social del hombre, y no sólo del hombre: de los animales (y lo animal) de los árboles, plantas, flora, cielo, universo, cosmos, muerte: todo lo conocido y lo que pretendemos conocer: lo huidizo, lo falible, lo dudoso, lo fallido que es donde está lo humano, porque lo humano no sólo está en lo edificante, lo trascendente o lo universal, que pueden ser modos de esconder lo otro, lo esencial. El cuento revela, descubre, crítica con su flecha terrible, y esto lo ha demostrado en la historia desde que nació en la tradición oral, parta luego convertirse en cuento literario, con una fuerza estética similar, en todas las culturas.
2. ¿Cuáles son las claves para construir un relato visual?
R.- No tengo claves para nada, no sé nada de eso. Aunque una vez redacté un ensayo, “Un arte narrativo de la imagen”, que puede leerse en mi libro Provincias de la palabra, el cual puede decir algo en esa dirección. Allí realizo una argumentación en ese sentido. He dicho que mis cuentos se basan inicialmente en una imagen visual, ese es el punto de partida; no es una historia que me cuenten o un argumento prestado, nacen casi todos mis cuentos de una imagen visual que luego tiene ramificaciones hacia otros sentidos y se vuelve experiencia sinestésica, donde lo visual sólo es un arranque para echar andar un mecanismo de relojería donde todo debería estar en su lugar, porque el cuento debe ser certero, no puede darse el lujo de desperdiciar palabras. Entonces el cuento gana cada vez más lectores sobre todo por eso, porque el lector de hoy ya no tiene tiempo para perderse leyendo idioteces, para ir nadando en un río de palabras innecesarias.
3.- Es importante el espíritu sensorial a través del texto narrativo?
R.- Sí, claro, sin sentidos no hay nada, tú no puedes hacer un texto creativo puramente intelectual, un texto que sea una mera elucubración o circunloquio de palabras, que pueden estar muy bien escritas o elegantemente dichas pero que no convencen, no mueven el piso. La literatura de los sentidos por sí sola tampoco dice nada, debe haber un complemento conceptual que la mueve, una idea original o sugerente que la urda a un entramado de palabras capaz de conmover. Conmover y convencer: he ahí dos aspectos centrales.
4.- ¿Cómo se logra la naturalidad en el arte de narrar?
R.- La naturalidad se logra escribiendo sin pensar, escribiendo toneladas de palabras como un río. Y después, ponerse a corregir incansablemente ese río, que es el trabajo artesanal de poner los clavitos, las tachuelas aquí y allá, para logar el equilibrio de la forma. Son dos trabajos complementarios.
5.- ¿Qué es el estilo?
R.- El estilo no es nada, la mayoría de las veces puede ser una entelequia, una trampa. Esa cosa de los “estilistas”, de los tipos que escriben bien, escriben perfecto y luego dan clases de estilo, puede una broma pesada o una pose, una impostura. Lo que se debería alcanzar en todo caso es una voz, una escritura- un idiolecto, no un estilo. Aquello de que “el estilo es el hombre” es una cosa ridícula, superada, una frase vacía hoy día. Puede que en su tiempo, pudiera haber tenido un sentido, pero ahora no le veo la vigencia.
6. ¿Continúa vigente la estructura Presentación, Conflicto y desenlace para el desarrollo de un cuento?
R.- Para nada. Lo que debería haber en todo caso es una forma trabajada de modo implacable, pero ya no hay estructuras preconcebidas para el cuento, ni decálogos, ni métodos, ni nada de eso. Cada escritor debe inventar su forma, su idiolecto, su mundo, el estilo y los encasillados son lo de menos.
7.- ¿Algunas claves para lograr la intensidad narrativa?
R.- De claves no sé nada. A lo sumo se me ocurre que el acto de escribir puede asumirse como hacer el amor, beber un trago o disfrutar de una buena charla o comida con los amigos o la familia, o una discusión con buenos contrincantes, con opositores inteligentes.
8.- ¿Cómo se construye un personaje creíble?
R.- El asunto de la verosimilitud es uno de los más complejos en el arte narrativo, llevar al plano de la credibilidad algo que es inventado, que es ficción, que el lector te crea esa “mentira”, en eso consiste quizá el trabajo más arduo del narrador, y la verdad es que no sé como se logra, será en todo caso con trabajo y más trabajo, cometiendo errores que pueden ser luminosos y viviendo muchas cosas intensas, pero sobre todo leyendo mucho. Los personajes de Hemingway, por ejemplo, en lengua inglesa, son soberbios, extraordinarios, impactantes, están sacados de algo profundamente vital; los personajes cotidianos de Raymond Carver realmente están creados para que tú les creas todo. Los personajes de Gallegos, son creados en tres líneas, es algo mágico como Gallegos puede crear personajes con algunas pinceladas, así de un solo tirón, y cómo García Márquez te emplaza directamente a dialogar con sus personajes. Es algo que sólo logran estos maestros.
9.- ¿Importancia de los diálogos en el cuento moderno?
R.- Un narrador debería escribir siempre como si dialogara con todo. El diálogo es lo más importante de un cuento, tanto el diálogo que se halla entre guiones, como aquel que se inserta en el cuerpo de la prosa corrida, o el monólogo interior que también es un diálogo pero consigo mismo, todos son formas del diálogo, sin el cual el cuento ni la novela y ni siquiera la literatura existirían.
ENTREVISTA A GABRIEL JIMÉNEZ EMÁN
Por Juan Manuel Parada.
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